El 2019 marcó el inicio de la pandemia de Covid 19, y también inició un cambio de paradigma en muchos aspectos, desde la manera en desarrollar la economía, de comprender el mundo e incluso a nosotros mismos. La pandemia también revivió muchos debates olvidados: vino a recordarnos que las enfermedades también pueden estar en el aire.

La pandemia por Sars-Cov se convirtió en el mejor pretexto para empezar a preocuparnos por limpiar el aire que respiramos. Si una persona estaba infectada (con o sin síntomas) podía transmitir el virus al exhalar, toser, estornudad, hablar, gritar o cantar.

Para prevenir la transmisión del virus, la ventilación pasó a estar más cercana a la mirada de los constructores de edificios.

¿Por qué es importante limpiar el aire de espacios cerrados?

La respuesta a esta pregunta nos la puede dar la especialista Belén Zalba, experta en climatización de la Universidad de Zaragoza, quien explica que la falta de ventilación en edificios, durante pandemia, “dio lugar al conocido como síndrome del edificio enfermo, aunque los inmuebles no enferman, enfermamos los ocupantes”.

Existen pruebas firmes de que el aire es la mejor manera para transmitir enfermedades como la gripe, el sarampión o la varicela, solo por mencionar algunas. Diversas publicaciones científicas han demostrado que hay un catálogo largo de enfermedades transmitidas por el aire, pues su patógeno viaja en gotas diminutas que quedan suspendidas en el aire durante horas.

Otra opinión que se mantienen en la misma línea es la de Lidia Morawska, directora del Laboratorio Internacional para la Calidad del Aire y la Salud, quien sostiene que, aunque limpiar el aire en espacios cerrados representa una inversión importante, los costes son muy inferiores al de atender las infecciones respiratorias. “El gasto para la sociedad de la prevención a través de edificios mejor diseñados y la mejora gradual de la ventilación en los edificios existentes es mucho menos que el de las infecciones. Según algunas estimaciones esto representaría solo el 1% de los costos iniciales de construcción”.

Importancia de la calidad del aire

Pese a que aún se siguen realizando investigaciones para determinar la importancia del aire limpio en espacios interiores y como evitar la propagación de enfermedades, para muchos especialistas como Lidia Morawska ya se sabe lo suficiente para exigir espacios interiores más seguros.

Morawska, en 2021, junto a otros investigadores participó en un análisis de 10, 000 aulas escolares en la región italiana de Las Marcas. Los resultados arrojaron que en las 316 aulas que tenía ventilación mecánica con tasas de 1,4-14 litros por segundo por persona, el riesgo de infección de los alumnos se redujo en al menos 74% durante un período de 4 meses, en comparación con los alumnos de las aulas que dependían totalmente de las ventanas de ventilación.

Alternativas para ventilación

Una alternativa, según señalan especialistas como José Luis Jiménez, catedrático de Ciencias Ambientales y Química de la Universidad de Colorado, más sencilla y económica en lugar de instalar todo un sistema de climatización que renueve el aire, pueden ser los purificadores de aire.

Según estes especialista, utilizar purificadores de aire con Filtros HEPA, puede ser útil para reducir la cargar viral en el aire en muy poco tiempo y con eficacia del 99.97%, pues sus filtros se encargan de retener las partículas y virus que se encuentran en el aire.

En Air-Care de México contamos con Filtros Hepa de alta eficiencia, diseñados para ser utilizados en sistemas de ventilación en donde se requiere un aire ultra limpio y libre de partículas. Estos filtros tienen una capacidad de retención mínima del 99.97% en partículas de 0.3 micras, que significa que de 10,000 partículas mayores de 0.3 micras solamente 3 partículas pasaran.

Cada filtro HEPA Air Care de México Micro D.O.P. es probado y escaneado individualmente con un aerosol mono disperso de DOP (dioctilftalato) o PAO (polyalphaolefin) según lo especifique el cliente antes de salir de la fábrica. El filtro se escanea individualmente con un fotómetro digital con microprocesador, a una velocidad de 2” por segundo con el fin de detectar alguna fuga (.01%) en la media filtrante antes de empacarse con el fin de asegurar su integridad. Se entrega un certificado.

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